Sé que no me conoces y muy posiblemente yo tampoco a ti, pero como todo ser humano cometí bastantes errores a lo largo de mi vida y muchos de ellos me han afectado en algunas decisiones, tanto laboral como personalmente. Hoy, viendo a mi sobrina recuerdo los días en que yo tenía su edad y pienso cómo sería todo ahora si no hubiera cometido dichos errores.

 

Soy Valeria, tengo 35 años y me dediqué a la prostitución desde muy temprana edad, lo que me causó muchos problemas con las personas que me rodeaban. Todo esto comenzó cuando tenía 13 años, apenas me había desarrollado y estaba comenzando a asimilar los cambios en mi cuerpo. Recuerdo que desde quinto grado me gustaba un chico (al que todos conocen como el popular del salón) que nunca se había fijado de mi existencia. Luego de estos cambios en mí él, comenzó a hablarme y mostrar cierto interés que no conocía.

 

Una amiga muy cercana a mí (que era mayor que yo) comenzó a darme ciertos consejos, primero debía vestirme algo más atrevida y utilizar maquillaje para verme mayor. Como yo sabía la experiencia que ella tenía decidí seguir cada uno de sus consejos. Pero como no estaba dando el resultado que esperábamos me dijo que comenzara a ver porno para ser algo más atrevida en mis acciones y forma de hablar.

 

Ese mismo día fui a un café internet, pedí uno de los computadores más escondidos que tuviera el lugar y en la búsqueda por saciar mi curiosidad encontré las páginas porno más vistas,la primera de ellas fue redtube.com, así que pegué el enlace y me envió a la página principal. Al ver a tantas mujeres y hombres desnudos me sorprendí y cerré la página, a la espera de que nadie me hubiera visto.

 

Tome rápidamente mis cosas, pagué el tiempo utilizado y camine lo más rápido posible a mi casa. Cuando llegué, mi mamá me preguntó la razón de mi agitación, no supe cómo responder y corrí a mi cuarto. Luego de ese día no volví a pensar en ese tipo de cosas.

 

Después de unos meses mi amiga me preguntó si había seguido su consejo, yo le conté mi experiencia y decidí no volver a tocar el tema, pero seguía la presión de Freddy (el chico que me gustaba), se notaban sus intenciones de querer hablarme, pero yo siempre lo evadía. Aunque eso no fue muy efectivo, pues unos días después se me acercó y empezó a hablarme.

Por la forma en que me miraba y hablaba sabía que tenía mucha más experiencia que yo (de esa misma forma hablaba mi amiga), ese mismo día me invitó a su casa y lo que se imaginan si sucedió, pero no fue como yo lo esperaba, fue muy egoísta y luego de eso no volvió a hablar conmigo.

 

Algunos años después mientras buscaba unos papeles en el cuarto de mi mamá encontré un VHS, pero intuí que no era como los que había en su closet, pues estos eran accesibles. Como sabía que llegaba en la noche, con curiosidad puse el video, cuando comenzó había un hombre barriendo y una mujer semidesnuda observándolo, ella se estaba tocando, comencé a sentir algunas cosas extrañas en mi cuerpo por lo que decidí parar el video y dejarlo en su lugar.

 

Dicho video me generó mucha intriga por lo que de a poco y mientras mi mamá no estaba iba avanzando en el video, hasta que un día quise hacer lo mismo que la mujer en el video, al principio fue extraño porque nunca había tenido esas sensaciones, pero luego de un largo tiempo haciéndolo llegue a un punto en el que mi cuerpo se sentía satisfecho.

 

Seguí haciendo esto, pero luego llegó un punto en el que el video ya no hacía lo mismo de antes, así que pedí a mi amiga una de esas revistas XXX que ella leía. Cuando comencé a leerla sentí nuevamente esa excitación de la primera vez, así que continúe haciendo esto por varios años.

 

Cuando cumplí la mayoría de edad me tocaba por lo menos unas seis o siete veces al día, pensaba que era normal, pues nadie me había dicho lo contrario. Pero un día hablando con mi amiga me preguntó yo porque no había tenido pareja, le conté lo que había pasado los últimos años y me comentó algo de una adicción.

 

Quedé con la duda de saber sobre ello, es algo llamado ninfomanía, que significa una adicción al sexo, aunque en mi caso era a tocarme.

 

Mientras era menor de edad hablaba con un hombre que me hablaba de una forma fácil de conseguir dinero, pero para ello debía ser mayor. No presté atención a lo que me decía mi amiga y con la necesidad en la que me hallé decidí aceptar dicho trabajo, para mi no era un sacrificio, pues alimentaba mi adicción y me daba muy buen dinero, pero al principio no me cuide y contraje una enfermedad que avanzó muy rápido, me dejó sin la posibilidad de tener familia.

 

Decidí dejar a un lado los sentimientos y continuar con mi trabajo, pues me aferré a la idea de no poder tener hijos para no decepcionar a ningún hombre que se enamorara de mí. Por lo que espero que mi sobrina tome las mejores decisiones cuando comience su vida sexual, aunque me tendrá a mi para darle consejos que no la dejaran caer en lo mismo que yo.